martes, 13 de septiembre de 2016

Calidad del Agua

(AMICLOR, 2013), cita que el agua (del latín aqua) es el compuesto formado por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). El término agua se aplica
en el lenguaje corriente únicamente al estado líquido de este compuesto, mientras que se asigna el término hielo a su estado sólido y el término vapor de agua a su estado gaseoso.
 (Barrenechea, s.f.), expresa que el agua es el constituyente más importante del organismo humano y del mundo en el que vivimos. Tiene una gran influencia en los procesos bioquímicos que ocurren en la naturaleza. Esta influencia no solo se debe a sus propiedades fisicoquímicas como molécula bipolar sino también a los constituyentes orgánicos e inorgánicos que se encuentran en ella. Se considera que el agua es un solvente universal, debido a que es capaz de disolver o dispersar la mayoría de sustancias con las que tiene contacto, sean estas sólidas, líquidas o gaseosas, y de formar con ellas iones, complejos solubles e insolubles, coloides o simplemente partículas dispersas de diferente tamaño y peso.
 (Benajarano, 2000) indica que en el Título I  - Disposiciones generales  de la Ley 1614/2000, Marco General Regulatorio y Tarifario del Servicio  Público de Provisión de Agua Potable y alcantarillado Sanitario del Paraguay,  se define al Agua Potable como: “El agua apta para el  consumo humano, la higiene personal, el uso doméstico habitual y otros usos  adecuados a los requisitos mínimos”.
(AMICLOR, 2013), el pH es el valor que hace referencia a una escala numérica utilizada para medir la acidez (entre 0 y 7) ó alcalinidad (de 7 a 14) de una sustancia líquida ó sólida. El valor 7 indica una sustancia neutra, y las aguas naturales oscilan en torno a este punto, con valores del 6,5 a 8,5. Su nombre viene de la potencia del Hidrógeno ó concentración de iones hidrógeno. Se calcula como el logaritmo negativo en base 10 de la concentración de iones de hidrógeno en gramos mol por litro. El pH es importante tanto para las aguas naturales y servidas como para las residuales y vertidas, ya que la mayor parte de la vida solo puede desarrollarse dentro de unos estrechos límites de variación.
Según (Orozco, 2003), el pH de un agua, que indica el comportamiento acido o básico de la misma, es una propiedad de carácter químico de vital importancia para el desarrollo de la vida acuática.
Alcalinidad: es una medida de la capacidad del agua para absorber protones.
Acidez: es debida a la presencia de dióxido de carbono libre, ácidos minerales y orgánicos y sales con cationes que sufran hidrólisis acida.

Según (AMICLOR, 2013) la turbidez es medida de la propiedad de un líquido para dejar pasar la luz debido a la presencia de sólidos finos visibles en suspensión que dificultan su paso por difracción (dispersión ó por absorción). En las aguas de abastecimiento la turbidez empeora con la presencia de partículas de limo, arcilla, plancton, microorganismos, arenas, etc. que deben ser eliminadas en los procesos de potabilización. Cuanto menor sea este valor más eficaz es un tratamiento de agua. Su valor se expresa en unidades arbitrarias, obtenidas mediante el nefelómetro (unidades NTU, del inglés nephelometer turbidity units), aparato que hace pasar un rayo de luz a través de una muestra para medir la cantidad que es dispersada a 90º. Cuanto menor es esta dispersión más "clara" está el agua. 

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