(AMICLOR, 2013), cita que el agua (del latín aqua) es
el compuesto formado por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). El
término agua se aplica
en el lenguaje corriente únicamente al estado líquido de
este compuesto, mientras que se asigna el término hielo a su estado sólido y el
término vapor de agua a su estado gaseoso.
(Barrenechea, s.f.), expresa que el agua
es el constituyente más importante del organismo humano y del mundo en el que
vivimos. Tiene una gran influencia en los procesos bioquímicos que ocurren en
la naturaleza. Esta influencia no solo se debe a sus propiedades fisicoquímicas
como molécula bipolar sino también a los constituyentes orgánicos e inorgánicos
que se encuentran en ella. Se considera que el agua es un solvente universal,
debido a que es capaz de disolver o dispersar la mayoría de sustancias con las
que tiene contacto, sean estas sólidas, líquidas o gaseosas, y de formar con
ellas iones, complejos solubles e insolubles, coloides o simplemente partículas
dispersas de diferente tamaño y peso.
(Benajarano, 2000) indica que en el
Título I - Disposiciones generales de la Ley 1614/2000, Marco General
Regulatorio y Tarifario del Servicio
Público de Provisión de Agua Potable y alcantarillado Sanitario del
Paraguay, se define al Agua Potable
como: “El agua apta para el consumo
humano, la higiene personal, el uso doméstico habitual y otros usos adecuados a los requisitos mínimos”.
(AMICLOR, 2013), el pH es el valor que hace referencia
a una escala numérica utilizada para medir la acidez (entre 0 y 7) ó
alcalinidad (de 7 a 14) de una sustancia líquida ó sólida. El valor 7 indica
una sustancia neutra, y las aguas naturales oscilan en torno a este punto, con
valores del 6,5 a 8,5. Su nombre viene de la potencia del Hidrógeno ó
concentración de iones hidrógeno. Se calcula como el logaritmo negativo en base
10 de la concentración de iones de hidrógeno en gramos mol por litro. El pH es
importante tanto para las aguas naturales y servidas como para las residuales y
vertidas, ya que la mayor parte de la vida solo puede desarrollarse dentro de
unos estrechos límites de variación.
Según (Orozco, 2003), el pH de un agua, que
indica el comportamiento acido o básico de la misma, es una propiedad de
carácter químico de vital importancia para el desarrollo de la vida acuática.
Alcalinidad: es una medida de la
capacidad del agua para absorber protones.
Acidez: es debida a la presencia
de dióxido de carbono libre, ácidos minerales y orgánicos y sales con cationes
que sufran hidrólisis acida.
Según (AMICLOR, 2013) la turbidez es medida de la propiedad
de un líquido para dejar pasar la luz debido a la presencia de sólidos finos
visibles en suspensión que dificultan su paso por difracción (dispersión ó por
absorción). En las aguas de abastecimiento la turbidez empeora con la presencia
de partículas de limo, arcilla, plancton, microorganismos, arenas, etc. que
deben ser eliminadas en los procesos de potabilización. Cuanto menor sea este
valor más eficaz es un tratamiento de agua. Su valor se expresa en unidades
arbitrarias, obtenidas mediante el nefelómetro (unidades NTU, del inglés
nephelometer turbidity units), aparato que hace pasar un rayo de luz a través
de una muestra para medir la cantidad que es dispersada a 90º. Cuanto menor es
esta dispersión más "clara" está el agua.
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